jueves, 24 de abril de 2008

El último Vals

No es fácil conversar con los rockeros, ya que pierden rápidamente el hilo de la conversación por diversos motivos que no valen la pena analizar acá. Es cosa de ver Live at Pompeii de Pink Floyd para darse cuenta todo lo que sufrió el director, Adrian Maben, para sacar unas pocas frases a los integrantes de la banda inglesa mientras grababan el Dark Side of the Moon en el mítico estudio de Abbey Road.

Lo que está claro es que los grandes músicos están hechos para hablar en el escenario, junto a sus instrumentos y sus letras, ahí es donde realmente expresan y eso lo tuvo muy claro Martin Scorsese al momento de grabar The Last Waltz, el concierto de despedida de The Band.

Este grupo canadiense nunca brilló con luces propias, de hecho siempre fue un grupo comparsa de alguien, como ocurría cuando se llamaban The Hawk y hacían de banda de apoyo de Ronnie Hawkins o cuando acompañaron a Bob Dylan en una gira a mediados de los sesenta y en la grabación del disco Planet Waves, del mismo Dylan en 1974 y en otra gira ese mismo año, a pesar de eso, lograron ganarse el respeto de sus colegas, los cuales la mayoría reconoció sentirse influenciados por su música. En 1976 decidieron separarse y dar un último recital como The Band, donde fueron acompañados por músicos como Van Morrison, Neil Young, Eric Clapton y el mismo Bob Dylan.

Como dije anteriormente, ese recital fue grabado por Scorsese y en ese registro, el director estadounidense tuvo claro que lo importante de The Band no era lo que dijeran en cámara, si no lo que expresaran en el escenario y es así como logra captar varios detalles de ese mítico recital, detalles que hacen dar cuenta al espectador que en todo recital hay una comunicación interna entre los músicos que difícilmente son captadas por el público.

Además, Scorsese va intercalando entre cada canción escenas de entrevistas realizadas a los integrantes de The Band, quienes van relatando los primeros años del grupo y lo difícil que fue para ellos hacerse conocidos entre el público común y corriente.

The Last Waltz, además de mostrar los 16 años de trayectoria de The Band, muestra en acción a un grupo que hizo su carrera sobre los escenarios, lo que se demuestra con los dos discos que sacaron en toda su existencia, ya que para ellos era más importante la sensación de estar en vivo, como dice el guitarrista y fundador, Robbie Robertson, para ellos el tocar en vivo era como un baile y este fue su último baile.

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